Sin duda alguna, caerse de un caballo nos produce temor y si fuera el caso de sufrir una caída leve, no debemos hacer creer al caballo que puede desmontar al jinete y ganar el descanso que desea. Tampoco es recomendable resabiar-lo con un castigo o un mal trato, si no que de manera audaz, podemos hacerle entender que no a pasado nada y volvemos a subirnos para que vea, que aun que nos hayamos caído, no significa, que se puede librar del trabajo. Como el que no quiere la cosa pasamos pagina y continuamos con el objetivo marcado, ya sea en la pista o en el exterior.
Tenemos que tener temple, para tratar tanto al jinete como al caballo.
En el caso que estemos muy nerviosos, podemos andar un rato al caballo dando tiempo a bajar el estrés del momento. Al jinete también hay que tratarlo bien, dándole herramientas y observaciones de las que pueda sacar provecho, siendo este el objetivo principal de toda salida, pero sin hacerle sentir mal. La confianza es vital en esos momentos de tensión, con la que aprenderemos mas si estamos serenos, que no, si estamos preocupados por lo que pensará el papa o el instructor.
Ganarnos la confianza de un jinete haciéndole creer, lo que nosotros ya sabemos, que está seguro montado a nuestro lado y todo empieza por una larga interacción entre profesor y aprendiz, pasando por un buen estado físico para el objetivo , del cual, nos encargaremos de que adquiera anteriormente, haciendo una buena planificación de la sesión y haciendo del proceso de aprendizaje, una grafica ascendente.
También debemos tener en cuenta, los animales de los que disponemos. No todos los caballos son óptimos para aprender, ni todos los jinetes empiezan al mismo nivel.
un saludo, espero haber aportado ese granito de arena para hacer de esta actividad un mundo maravilloso y entre todos haremos mejores jinetes y tendremos mejores reacciones a los posibles contratiempos de esta experiencia de compartir momentos con NUESTROS CABALLOS.