domingo, 9 de septiembre de 2018

El niño y su Primer contacto

Todos sabemos,  que hay niños para todo y otros que le temen asta las moscas.

Mi experiencia, me a enseñado,  que no debemos forzar situaciones y que la paciència siempre te recompensa a la larga ,con muchos buenos  momentos y satisfacciones.

Es prioritario saber analizar el grado de temor del niño a los animales, que nos determinará el rato inicial que debemos tener expuesto el niño al contacto del animal.

Cuando elegimos un caballo,  para que sea nuestro cómplice,  también debemos saber,  como está . Se puede tocar, es nervioso,  nos asustaremos al acercar al niño, todos nuestros pasos , serán seguidos por el niño y de ahí, que tenemos que estar confiados, porque si el niño, ve que su padre o madre están asustados, no sacará el valor para tirar adelante y nos tendremos que esperar un timpo en volver a proponer otro contacto.

Teniendo claro , que no tenemos prisa en que el niño galope,
que el será curioso por naturaleza , que el caballo será dócil y estaremos en un entorno seguro y sin miedos , podemos empezar los contactos.

Recomiendo, para los niños asustadizos, interaccionar con sus sentimientos, haciéndole ver que el caballo, es un ser vivo,  con miedos, con grades esperanzas, de salir de la cuadra, de jugar y tener días bonitos al aire libre. Que el niño vea, que todos somos iguales y no debemos asustar al caballo con malos gestos, porque el caballo tiene más miedo que el niño mismo.

Las ayudas con manzanas, zanahorias y demás, lo dejaremos para el final de la primera visita. Son buenos  siempre y cuando no sean ellos quien se las den en un primer contacto. El afán de tener esa golosina, por el caballo, nos puede hacer temer a los padres por los dedos de los niños.
Recordar que cuando damos de comer con la mano a un caballo, debemos poner nuestros dedos debajo de su barbilla y abrir muy bien la mano , porque contra más viejo sea el caballo más adelante tendrán los dientes y nos podría pellizcar sin querer.

Esta será la primera visita que será corta, para que el niño quiera volver.
Supongo que como tofos los niños,  si lo habéis hecho bien,  no querrá irse. Pero es primordial irse , con una buena excusa, la de una necesidad vital, por ejemplo" Ahora se van los caballos a comer" "a dormir" alguna actividad que entienda el niño.
Con todo esto, espero tengan suerte, si no sale bien, reflexionen, no echen la culpa al niño o al caballo, siempre hay alguna mosca a la que se le puede echar el sermón.

Un Saludo.  Pedro teja.

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